miércoles, 8 de junio de 2011

Carta de Angustias (Santiago Covelli).

Querida Poncia:
                       Desde la muerte de Adela todo ha cambiado, y desde tu partida muchos cambios han ocurrido. Tengo la necesidad de hablar con alguien que no esté involucrado en todos nuestros problemas familiares, y quién mejor que vos que nos conoce demasiado.
                    Como ya te habrás enterado, mi madre, Bernarda, ha fallecido. Mis hermanas dijeron que su muerte se debió a una enfermedad que venía sufriendo ya desde hace años. La realidad es que murió por el aislamiento social, por la vergüenza y la tristeza que le produjo el suicido de Adela. En cuanto al resto de las hijas de mi madre, nuestra relación se ha cortado definitivamente, mejor dicho, no hay relación alguna. Lo único que nos mantenía unidas era la autoridad de mi madre y el encierro por el luto. Ah, casi me olvido:¡buenas noticias! Ya que mis hermanas quedaron viviendo en la casa de mi madre, me mudaré a un pequeño pueblo al sur. Allí espero conocer algún hombre que realmente me haga feliz, no como Pepe el Romano. ¡Qué cobarde al huir!
                     En fin, sin más preámbulos quería contarte que mi vida finalmente está tomando un nuevo sendero, uno más positivo y al que le veo un mejor futuro. Espero que me respondas contándome sobre vos y tu vida. Mucha suerte.
                                                                       Con cariño,
                                                                                    Angustias.

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