Durante fines del siglo xv, luché valientemente en la batalla de la Guerra de Teutoburgo, por eso es que me pintaron esta obra y me la obsequiaron a fines de la guerra. En la obra soy el que está con un garrote en la mano mientras luchaba contra los espartanos. Hoy les voy a contar mis grandes hazañas durante la guerra y todo lo que ocurrió durante esos tiempos.
El 24 de septiembre de 1492 se inició la guerra. Esa mañana, las tropas espartanas invadieron Grecia y destruyeron todo lo que pudieron. Nuestro pueblo estaba desesperado, sin fuerzas y con una gran tristeza; pero la noche anterior, había soñado con el dios Ares, nuestro dios de la guerra, quien se presentó ante mí y me planteó que teníamos que unirnos y luchar contra los espartanos, ya que si no salíamos victoriosos nos esperaban tiempos difíciles de hambruna y muerte.
Fue así que después de la invasión decidí, con un grupo de amigos, unirnos en el Monte Citerón y prepararnos para luchar contra los espartanos. Las mujeres nos ayudaron a preparar las armas, los niños juntaban piedras para atacar y e ideamos realizar una emboscada donde participamos todos: niños, mujeres, ancianos y todos los hombres. Y así fue como la unión nos ayudó a derrotar a los espartanos que tenían armas y estaban preparados para la guerra como la pintura lo muestra. En la emboscada matamos al Comandante de los espartanos y eso produjo desorden, confusión, y el desconocimiento del territorio les impidió huir. A nosotros nos ayudó para conseguir el triunfo.
Vuelvo a mirar la pintura y recuerdo, al ver el garrote, el trabajo que fue para el anciano Aristóteles y su esposa su construcción. El día en que me lo entregaron me predijeron grandes hazañas con el mismo.
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